
Reflexiona acerca de lo que has logrado en tu vida; acerca de tus progresos; acerca de donde empezaste y en donde estás ahora.
Recuerda esos momentos en los que te parecía que el mundo se iba a acabar, que no había ninguna salida, que nunca encontrarías la solución. Luchaste, y hoy no son más que anécdotas que escasamente recuerdas.
Reconoce lo que has creado en tu vida; de lo que sientes orgullo y que hace un tiempo te parecía inalcanzable.
Algunas veces nos decimos: "Yo no he logrado nada especial." Esto equivale a no reconocer tus esfuerzos, y por lo tanto, es tratarte injustamente.
¿Qué cualidades te comprometiste a expresar en esos momentos? Persistencia, recursividad, creatividad, templanza, flexibilidad, capacidad de sobreponerte rápidamente, humildad para reconocer tus equivocaciones, disposición a aprender de tus errores y a hacer lo necesario para lograr tus sueños.
Tal vez pensarás que ninguna de estas cualidades es tuya, pero te prometo que tú las posees, y tú sabes mejor que nadie que cuando realmente has querido lograr algo, las has sabido manifestar, las has utilizado y has logrado tu objetivo.
Por eso apuesto lo que sea que cuando tú quieras algo, lo conseguirás. Puede que te demores, que te cueste, que te equivoques mil veces, pero tú ya varias veces has demostrado que, cuando realmente lo quieres, tienes la fuerza, la habilidad y la paciencia para alcanzarlo.